En IAGT, seguimos evolucionando no solo para optimizar nuestros procesos de trabajo, sino también para mejorar los resultados que ofrecemos. Recientemente, hemos realizado una formación interna sobre la implementación de Test Driven Development (TDD), una práctica técnica que complementa y potencia nuestras metodologías ágiles en el trabajo diario del equipo. En este artículo, exploraremos cómo TDD se integra en nuestro flujo de trabajo y los beneficios que aporta a nuestros proyectos.
Test Driven Development (TDD) es una técnica dentro del desarrollo de software que implica escribir pruebas automatizadas antes de desarrollar el código funcional. Este enfoque se basa en un ciclo iterativo conocido como «rojo-verde-refactorizar»:
Este proceso garantiza que cada nueva funcionalidad esté respaldada por pruebas desde su concepción, promoviendo un diseño más reflexivo y orientado a los requisitos del cliente.
La clave de este paso a paso es: “Céntrate en pasar el test, no pienses en grande, piensa primero en pequeño”.
El desarrollo guiado por pruebas (TDD) nos enseña a pensar de manera iterativa, promoviendo un enfoque incremental y reflexivo en la construcción de software. En lugar de buscar soluciones completas desde el inicio, TDD nos invita a avanzar paso a paso, validando cada pequeño avance mediante pruebas automatizadas.
El desarrollo guiado por pruebas (TDD) fue formalizado y popularizado por el ingeniero de software estadounidense Kent Beck a finales de la década de 1990, como parte de la metodología de programación extrema (Extreme Programming, XP). Aunque la idea de escribir pruebas antes del código funcional ya existía en prácticas anteriores, Beck la sistematizó y promovió activamente. En su libro Test-Driven Development: By Example (2002), Beck describe cómo TDD fomenta diseños simples y confiables, al centrar el desarrollo en pruebas automatizadas que guían la implementación del código. Fuente.
Beck considera que su contribución fue un redescubrimiento de la técnica, ya que prácticas similares se habían utilizado anteriormente en el desarrollo de software. Sin embargo, su enfoque estructurado y su integración con metodologías ágiles como XP fueron fundamentales para la adopción generalizada de TDD en la industria del software.
Desde entonces, TDD se ha convertido en una práctica clave en el desarrollo ágil, promoviendo la escritura de código más «mantenible» y facilitando la detección temprana de errores.
En IAGT, ya utilizamos metodologías ágiles para gestionar nuestros proyectos. La integración de TDD refuerza estos enfoques al proporcionar una base sólida para la calidad del código. Al escribir pruebas antes del código, fomentamos un diseño más reflexivo y orientado a los requisitos del cliente.
Además, TDD facilita la integración continua y la entrega continua (CI/CD), permitiendo detectar errores en etapas tempranas y reducir el tiempo de desarrollo.
Con la implementación de las prácticas TDD en IAGT, buscamos mejoras significativas en varios aspectos:
Consejo: no debes pecar ni por exceso, ni por defecto. Haz una lista y síguela, como si fuera una lista de la compra 😉
La integración de la inteligencia artificial generativa en el desarrollo de software ha reavivado el interés por el desarrollo guiado por pruebas (TDD). Aunque las IA, como ChatGPT o GitHub Copilot, pueden generar código rápidamente, surge la pregunta: ¿cómo aseguramos que este código cumple con los requisitos y mantiene una alta calidad? Aquí es donde TDD proporciona un marco esencial.
Al escribir primero las pruebas que definen el comportamiento esperado, establecemos criterios claros que cualquier código generado debe cumplir. Esto no solo permite validar la funcionalidad del código producido por la IA, sino que también facilita su comprensión y mantenimiento. Independientemente de quién escriba el código—ya sea un desarrollador humano o una IA—si las pruebas están bien definidas, podemos confiar en que el código cumple con los objetivos establecidos.
Además, TDD fomenta un pensamiento más estructurado y orientado a los requisitos, lo que es especialmente valioso cuando se trabaja con herramientas de IA. Al centrarnos en los resultados deseados antes de la implementación, podemos guiar a la IA para que genere soluciones más alineadas con nuestras necesidades. Este enfoque también facilita la refactorización y mejora continua del código, ya que las pruebas actúan como una red de seguridad que garantiza la estabilidad del sistema durante los cambios.
En resumen, TDD no solo mejora la calidad del código generado por IA, sino que también fortalece nuestra capacidad para definir, validar y mantener soluciones de software efectivas y confiables.
«Somos buenos desarrolladores cuando comprendemos profundamente qué necesita nuestro cliente y por qué lo necesita. Ante cualquier cambio tecnológico, es esencial recordar que entender el propósito y los requisitos del software es más importante que simplemente escribir código. La calidad de nuestro trabajo radica en nuestra capacidad para alinear la tecnología con las verdaderas necesidades del usuario».
Eduardo Pavón, director técnico de IAGT.
La adopción de metodologías ágiles y de buenas prácticas como TDD supone un proceso continuo donde la formación, el aprendizaje y la puesta en práctica son clave. En IAGT, seguimos capacitando a nuestro equipo compartiendo buenas prácticas y refinando juntos nuestras herramientas para maximizar los beneficios de esta práctica.
¿Nuestro objetivo? Ofrecer soluciones de software de alta calidad que satisfagan y superen las expectativas de nuestros clientes. Pero también facilitar el día a día de nuestro equipo para que su trabajo sea más satisfactorio.
¿Qué opinas? ¿Quieres saber más sobre cómo trabajamos?
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Un artículo realizado con la imprescindible colaboración de nuestro director técnico en IAGT, Eduardo Pavón.