IAGT ‘Amazing Software’ se suma a la conmemoración y reivindicación del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia que se celebra el 11 de febrero, para reforzar el compromiso en la lucha por visibilizar y garantizar el acceso igualitario a las disciplinas STEM.
Hemos querido poner el foco en las voces y experiencias de nuestra compañeras Laura Pérez, Alicia Valle, Elena Pérez y Ana Sobrino, cuatro pilares de nuestro ‘Amazing Team’. Con ellas, queremos destacar la urgente necesidad de derribar barreras y prejuicios que aún enfrentan las mujeres y la sociedad en general a la hora de motivar su acceso a las disciplinas relacionadas con la ciencia y la tecnología. Su experiencia personal y profesional es vital y nos sirven de referentes, para llamar la atención de las futuras profesionales y motivar su interés por nuestro sector.
Hasta llegar a team leader, has pasado por varios roles dentro de IAGT. ¿Cómo has vivido esta evolución y qué has aprendido en este camino? ¿Qué consejo darías a otras profesionales para liderar equipos y proyectos con éxito?
Laura Pérez: «Empecé trabajando de desarrolladora junto a un compañero y he visto como todos hemos ido creciendo y aprendiendo a organizarnos como equipo. Conforme crecía fui descubriendo aspectos sobre mí misma reflejados en mi día a día en el trabajo, y es algo importante que sigo haciendo a día de hoy porque me ayuda a enfocarme y seguir creciendo.
Siento que desde siempre he tendido a organizar a mis compañeros casi sin darme cuenta, de modo que mi puesto de líder ha surgido de forma muy natural porque yo misma he ido asumiendo un papel de coordinación antes de tomar oficialmente el puesto de líder. Al fin y al cabo, el paso a líder llegó con nuevas responsabilidades pero también me ofreció un lugar desde el que tener más información sobre los proyectos y tomar decisiones con más facilidad.
Como consejo, bueno el camino de cada uno es diferente, solo os puedo decir que confiéis en vosotros mismos y tratéis de averiguar qué queréis conseguir para ir a por ello. También os recuerdo que cada día puede presentar sus dificultades pero al final encontramos nuestras mañas, si no no estaríamos aquí. Parece evidente pero hay situaciones que abruman y es importante parar para volver con la mente clara y nuevas ideas».
¿Desde cuándo supiste que querías dedicarte al desarrollo de software? Partiendo de tu motivación, ¿cómo animarías a otras estudiantes o profesionales a adentrarse en esta profesión?
Alicia Valle: «Desde pequeña tenía claro que quería dedicarme al mundo de la informática, pero cuando estudié el grado medio de Sistemas Microinformáticos y Redes, tuve mi primer contacto con la programación y tuve claro que lo que más me gustaba y me motivaba era el desarrollo de software.
Siempre digo que para trabajar en el mundo de la programación es muy importante que te guste, ya que las tecnologías están evolucionando y hay que estar en constante aprendizaje, por eso, una buena opción para saber si esto es lo tuyo es ponerse retos muy sencillos, y sí, detrás de eso, quieres seguir constantemente avanzando más y más haciendo cosas cada vez un poquito más complejas, entonces, este es tu camino. Aunque haya momentos de desesperación que parezca que sacar las cosas es imposible, cuando lo logras, la satisfacción que se siente es mucho mayor».
Tu evolución de Filología a Desarrollo Web es todo una inspiración. ¿Cuál fue el momento clave que te impulsó a girar en tu carrera hacia la tecnología, y cómo ha influenciado tu perspectiva anterior en tu enfoque actual hacia la programación?
Elena Pérez: «La tecnología es algo que me ha fascinado desde que era pequeña, me ha acompañado durante mi crecimiento y desarrollo personal tanto como los libros. Recuerdo por igual jugar los sábados por la mañana con mi Game Boy Advance, la llegada del primer ordenador de sobremesa a casa y las tardes enteras frente a la chimenea leyendo una nueva saga de libros que no me podía quitar de la cabeza.
Ya cuando me decanté por la filología consideré la opción de estudiar Ingeniería Informática –por el tipo de bachillerato que había elegido podía hacerlo– y cuando tras dos años y medio fui consciente de que ese no era mi camino, el pensamiento seguía reapareciendo cada cierto tiempo. Pasaron varios años y el catalizador final fue la pandemia, en ese momento yo estaba opositando y no sentía demasiada motivación por el trabajo final que iba a desempeñar, por lo que me decidí a estudiar Desarrollo de Aplicaciones Web.
Con el tiempo he observado que, salvando la curva de aprendizaje inicial, el cambio de disciplina no me ha resultado excesivamente complejo. Es fascinante como el conocimiento de las estructuras de una lengua, el aprender a identificar patrones y el uso, sí, de la lógica, aunque de un modo diferente, puede ser aplicable a dos profesiones tan aparentemente distintas. A día de hoy sigo emocionándome cuando llega un ordenador nuevo a casa y cuando descubro una saga de libros que me mantiene encerrada leyendo varias semanas aunque ya no tenga chimenea».
Tu experiencia abarca desde UX y producto hasta convertirte en desarrolladora full-stack. ¿Qué le dirías a las futuras profesionales STEM sobre la importancia de la versatilidad y qué consejo darías a estudiantes que se interesan por la tecnología?
Ana Sobrino: Tener conocimientos y experiencia en diferentes roles me ayuda a tener cierto criterio a la hora de tomar decisiones. También me permite contribuir a que las soluciones que se plantean sean mejores para los usuarios finales, e incluso tengan un mayor impacto en negocio. Como consejo a futuras profesionales del sector, diría que no tengan miedo a fallar y no dejen de aprender nunca. ¿Y cuál es la mejor forma de aprender a programar? Practicando!!
¡Gracias compañeras! De vuestra experiencia y retos superados aprendemos todo el equipo.